
La suerte está echada, la casualidad… el papel del azar como alegoría en la existencia humana, el “Match point” que no controlamos en realidad y que parece borrar a los sujetos y la responsabilidad personal de las acciones. La suerte es, además, esa fuerza que arrastra a personas adultas y jóvenes hacia un espacio presencial y virtual durante su tiempo libre (o no), donde se dejan llevar con la esperanza de ganar más dinero del que invierten, embriagadas por la adrenalina imprevisible de sus juegos y deportes favoritos.