Análisis y debateBlog

La escalera de los prejuicios: cómo se crean y cómo se destruyen según los jóvenes

By 27 julio, 2022 No Comments

*Pepa Barral

Traemos hoy una reflexión sobre lo que las y los jóvenes saben sobre prejuicios nocivos, sobre cómo se crean y cómo se destruyen, para anticiparlos y prevenirlos en esta etapa de la vida. Con la metáfora de la escalera de los prejuicios, chicos y chicas suben y bajan por los peldaños que los forman de la mano de la reflexión y la experiencia.

Para elaborar esta escalera de subida y bajada, desde los equipos de Two Much Research Studio y de Empirica realizamos para el Centro Reina Sofía sobre Adolescencia y Juventud de Fad las investigaciones «Creencias que sustentan la generación de estereotipos y prejuicios nocivos» y «Desactiva tus prejuicios. Encuesta sobre prejuicios nocivos en la juventud española«, en el marco del proyecto «Desactiva tus prejuicios. Y piénsalo otra vez», desarrollado por Facebook y la Fundación Fad Juventud.

Las investigaciones han sido sustentadas en diferentes metodologías: cualitativa, mediante entrevistas en profundidad, grupos de discusión y creación ad hoc de una Comunidad Digital; cuantitativa realizando encuesta a nivel nacional; y mediante exploración en el paisaje digital de cuál es el reflejo de los prejuicios nocivos proyectado públicamente en Twitter. Los resultados de estas pivotan en torno a dos aspectos: la formación de los prejuicios y los recursos potenciales para desactivarlos en jóvenes de 16 a 29 años.

La formación de los prejuicios: dos pisos para relacionarse

1º. Quienes están en este momento vital manifiestan como cualidad generacional cuantísimo gozan con las relaciones entre pares; nutriendo su vida con el combustible de los afectos propios, todo aquello que no les viene dado desde el ámbito familiar. En esta etapa, la persona se torna férrea defensora de las relaciones: las quiere, las elige, las conserva y las practica con toda la intensidad que le es posible.

2º.  En la relación con otros el/la joven experimenta y se cuestiona. En esta edad la persona se confronta con reacciones emocionales que le son extrañas, difíciles de controlar: rabia, cólera, repugnancia, rechazo, angustia, etc.  Y es ante el desborde que le producen estas emociones que proyecta prejuicios nocivos como mecanismo de defensa.

La formación de los prejuicios: dos pisos más para la introspección

3º. El prejuicio nace y se sustenta de creencias limitantes que a modo de “falsas verdades” ocultan los aspectos más vulnerables y sombríos de las/los jóvenes. Cuando ante una reacción que poco o nada gusta al joven, emerge el: “así soy yo”, la persona se aleja de reconocer -y menos aún de desactivar- el origen de la reacción emocional que tan poco le agrada.

4º. Los territorios temáticos (identidades de género, orientación sexual, origen étnico, política, migración, religión, discapacidad, sostenibilidad, situación económica, etc.)  no son los generadores de los estereotipos nocivos. Las temáticas son efímeras, pasajeras, son la superficie donde se refleja el fenómeno de base que no es otro que el de sostener “falsas verdades” con las que las/los jóvenes mitigan, minimizan o se ocultan su vulnerabilidad.

La formación de los prejuicios: un quinto y un sexto para etiquetar

5º. El uso del prejuicio para etiquetar a otros tiene su función porque irrumpe en la vida de los/las jóvenes -cuando se emite y cuando se recibe-, y hace al joven reconocerse en lo que poco o nada le gusta de sí. Esta funcionalidad del prejuicio -sea este más o menos intenso en su nocividad- da la oportunidad a la persona de descubrir los motivos que subyacen en sus emociones más sombrías.

6º. Etiquetar-se y etiquetar al otro usando estereotipos es el pariente banal, superficial, de las falsas verdades con las que conviven las/los jóvenes. Mientras la persona mantenga intactas sus creencias limitantes (“el carácter”, “así soy yo”, “así se hace en mi familia” ,”los motes dicen mucho”,  etc.), abusará del resorte mental ágil, rápido, que les aleja de cultivar su pensamiento.

Escalera. Autoría: CDD20. Fuente: Pixabay
Bajar la escalera: los grandes recursos para desactivar los prejuicios nocivos

El uso de la reflexión, del pensamiento, permite que los/las jóvenes se cultiven a través de sus experiencias, diferenciando cada vez con más claridad: qué, con quién, cuándo y cuánto desea compartir con otros. Entrenar la reflexión les posibilita:

  • Desactivar el automatismo de las emociones nocivas
  • Interrogar sus razonamientos habituales
  • Ordenar sus pensamientos
  • Incrementar la empatía en sus relaciones
  • Reconocer las creencias que les limitan
  • Esclarecer de dónde surgen sus falsas verdades

Cuando su reflexión y su experiencia conversan ganan habilidades con el uso del debate en vez del combate, ocupando el lugar de observador en situaciones polarizadas. Esto a su vez les enseña a atender lo que se dice en conversaciones tensas, a considerar el tono, el cómo se dice lo que se dice, y a encontrar qué de idéntico tiene cada persona que, en apariencia, está manteniendo puntos de vista diferentes. Los participantes conciben a la observación, el pensamiento y la reflexión, como aliados que aportan claridad respecto a cuáles son las falsas verdades que empujan al joven a disparar estereotipos nocivos a sí mismo y a otros.

Y, de este modo, nada banal, bien complejo, preñado de la generosidad y la valentía de la juventud, consiguen bajar la escalera que subieron y deshacer los nudos que se fueron encontrando, según ellas y ellos mismos. Y celebrar que, cuando se destruye el prejuicio, el ser se expande, se esponja, se crece.

*Pepa Barral es socia fundadora de Two Much RS

Leave a Reply