La crisis climática se ha acelerado sin precedentes tras la pandemia por coronavirus, y la humanidad es parte responsable y solución de los fenómenos meteorológicos devastadores y extremos que se están produciendo a consecuencia del calentamiento global. Así lo advierte la Organización para las Naciones Unidas (ONU) en sus últimos informes[1] y [2].
Promesas y más promesas escuchadas durante el confinamiento de “reconstruir para mejorar… y evitar los peores efectos del cambio climático en la sociedad y en las economías” no se han hecho efectivas durante el 2021 porque “no estamos avanzando en la dirección correcta”, explica Petteri Taalas, secretario general de la Organización Meteorológica Mundial de la ONU y autor de Unidos en la Ciencia 2021. Muy al contrario, la ONG francesa Opération Mer Propre alertaba de cómo “la basura COVID” (objetos cotidianos desechables como las mascarillas, los guantes…) iba a impactar negativamente en el planeta.
No es para menos, pues, que el nivel elevado de contaminación, la concentración de emisiones de gases de efecto invernadero en la atmósfera, el aumento de las temperaturas e incendios forestales, así como el crecimiento del nivel del mar y sus efectos costeros a nivel mundial estén en boca de todos. Reflejo de ello es un periodo de reflexión y reposicionamiento que culminará con dos eventos sobre el medio ambiente: el intercambio de ideas y recomendaciones ciudadanas que se debatirán en La Conferencia sobre el Futuro de Europa; y la COP26 de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático que se celebrará en Glasgow el próximo 1 de noviembre.
Si a este cóctel de hechos le agregamos el contexto de crisis permanente en la que viven los y las jóvenes, y la normalización de la salud mental en discursos institucionales y públicos, obtendremos la mezcla perfecta para entender los factores de la ansiedad en las experiencias subjetivas de la juventud. Y, es que no es fácil estar bien en este marco de realidad.
LA “ECO-ANSIEDAD” Y SUS EFECTOS
Gran parte de los adolescentes y los jóvenes están sufriendo un estrés contextual que afecta a la salud mental y al bienestar. Un miedo al que se le suma la catástrofe medioambiental, y que si se torna crónico queda definido como “ansiedad climática” por la American Psychological Association (APA).
De hecho, el 75% de la juventud opina que el futuro es aterrador y el 60% de ellas y ellos se sienten muy o extremadamente preocupados por el cambio climático, según arroja el mayor estudio [3] realizado hasta ahora sobre el tema. Una encuesta elaborada en diez países que ha implicado a más de 10.000 personas de entre 16 a 25 años.
Es en este análisis de The Lancet Planetary Health donde se completa la definición de eco-ansiedad, entendiéndola como un complejo sentimiento de preocupación, frustración, desesperación, dolor, culpabilidad, vergüenza e incluso de ira asociado a la realidad de futuro incierto al que nos enfrentamos. Ya que para los y las jóvenes “la destrucción del planeta es algo personal”, explica uno de los encuestados. Concretamente para la juventud española ya se venía anunciando en el Barómetro de Juventud de la F.A.D 2019 [4] y el informe Protagonistas y espectadores [5]que la defensa medioambiental y el ecologismo es una causa social primordial.
El fracaso para reducir, prevenir o mitigar el cambio climático está indisolublemente ligado a la inacción de los gobiernos, agentes hacia los que la juventud siente traición, abandono, y que no están actuando correctamente para preservar la biodiversidad. Una situación considerada por los y las autoras de The Lancet como un “acto de crueldad” en base a la legislación de los derechos humanos, y, sobre todo, también el detonante del daño moral, la injusticia y la angustia psicológica tanto de la población joven como adulta.
Todas estas sensaciones, puntualiza en la investigación, no son patológicas, sino una “respuesta racional y saludable” debida a un profundo y genuino amor por la naturaleza y el planeta. “Un brote de cordura que debería haberse producido hace tiempo”, declaró el columnista especializado Graham Lawton en New Scientist hace un par de años.
Y AHORA… ¿QUÉ HACEMOS?
Ante esta “cultura del descuido” no existe una solución mágica para cumplir los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030 y el Acuerdo de París de 2015 en materia de protección y cuidado del medioambiente. Sin embargo, 2021 es el año crucial para llevar a cabo un cambio positivo, expresa el medio de comunicación BBC, por varias razones esperanzadoras: el mundo se encuentra en un punto de inflexión con el clima, países como China están reduciendo emisiones de gases nocivos para la atmósfera, se están diseñando paquetes que estimulan la sostenibilidad para reactivar las economías de empresas, luego las compañías se están volviendo “verdes”, y los precios de las energías renovables están cayendo.
¿Cómo dirigirse hacia el cambio positivo? Ayudando a jóvenes y adolescentes a vivir mejor la ansiedad climática. La Alianza para la Psicología Climática desde la plataforma Avaaz y la APA recomiendan a las familias validar y escuchar las emociones de la juventud para canalizar sus sentimientos, encontrar ayuda adicional de grupos especializados de terapeutas, promover el optimismo y la educación en valores ecológicos. A la propia juventud se les aconseja cuidarse física y emocionalmente y pasar tiempo en la naturaleza, construir una resiliencia emocional para rendir cuentas a los y las líderes, autorregularse para controlar los impulsos, y tener claro que el impacto de la solución sobre el cambio climático es una responsabilidad colectiva y no individual.
Estos aspectos conducirán irremediablemente a apoyarse en la comunidad y los pares, esas personas que tengan preocupaciones similares a las de uno mismo y, por tanto, al activismo contra el cambio climático. Una llamada a la acción que grupos juveniles están llevando a cabo a través de plataformas como Youth 4 Climate, un movimiento asociativo de 400 jóvenes líderes de 186 países que tiene por objetivo alzar la voz y formar parte de la declaración colectiva durante la Convención de la ONU COP26.
La juventud está actuando a fin de que “la gente se dé cuenta de que la incertidumbre que sufre mi generación por el futuro no es algo sin fundamento”, señala para el diario La Vanguardia Manuela Martín, activista de Fridays for Future, una iniciativa estudiantil europea que busca focalizar la atención en la crisis ambiental global. Y, es que “llevamos más de 50 años ignorando las advertencias de la comunidad científica, que se tomen acciones reales y contundentes ahora, va a determinar nuestras vidas”, reivindica la joven.
BIBLIOGRAFÍA
- Panel Intergubernamental del Cambio Climático (2021). AR6 Synthesis Report: Climate Change 2022. World Meteorological Organization (WMO) and the United Nations Environment Programme (UNEP) https://www.ipcc.ch/languages-2/spanish/
- VV.AA (2021). Unidos en la Ciencia. Ginebra: Organización Meteorológica Mundial de las Naciones Unidas https://public.wmo.int/en/resources/united_in_science
- Hickman, C. … [et al.] (2021). Young people’s voices on climate anxiety, government betrayal and moral injury: a global phenomenon. The Lancet Planetary Health https://papers.ssrn.com/sol3/papers.cfm?abstract_id=3918955
- Rubio, A., Sanmartín, A., Tudela, P. y Ballesteros, J.C. (2019). Barómetro juvenil 2019. Madrid: Centro Reina Sofía sobre Adolescencia y Juventud https://www.adolescenciayjuventud.org/publicacion/barometro-juvenil-2019-participacion-politica-y-activismo/
- Aguirre, Estela… [et al.] (2019). Protagonistas y espectadores (vol. 1 y 2). Madrid: Fad Juventud y Fundación Santa María https://www.fad.es/noticias/la-fundacion-sm-y-fad-publican-un-estudio-sobre-la-evolucion-de-la-juventud-espanola-en-los-ultimos-40-anos/
