Novedad Bibliográfica
Sección dedicada a la reseña y el comentario crítico de novedades bibliográficas sobre juventud y adolescencia.

Novedades bibliográficas en relación al ocio y el tiempo libre de los y las jóvenes en España
Tipo: Libro;Artículo;Capítulo de libro;
Publicación: 2019-07-08
Autor: VV.AA.
País: España
Entidad: Varias
Temáticas: adolescentes, jóvenes, ocio, ocio juvenil. salud, jóvenes vulnerables, drogas. familia, amistad, pareja, nuevas tecnologías, redes sociales
- Gil Maldonado, Pedro… [et al.]. “Hábitos y comportamientos relacionados con la salud de los adolescentes”.2019. Servicio de Publicaciones de la Universidad de Murcia. Anales de Psicología vol. 35, nº1. 140-147 pp., eISSN: 1695-2294
- De Juanas, Ángel; García-Castilla, Francisco Javier; Rodríguez-Bravo, Ana Eva. “Prácticas de ocio de los jóvenes vulnerables: implicaciones educativas”. 2018. Universidad de la Rioja. Ocio y participación social en entornos comunitarios. 39-59 pp., ISBN 978-84-09-05905-8
- Berumen, Sergio A. “El «efecto manada» en el consumo de ocio: dolce far niente o cuando pasarlo bien se convierte en obligación”. 2019. Centro de Estudios Financieros: Madrid. Marketing XXI, Revista de Marketing y Publicidad nº1.
Esta reseña está dedicada a tres novedades bibliográficas en relación al ocio y el tiempo libre de los y las jóvenes en España.
Análisis
“Hábitos y comportamientos relacionados con la salud de los adolescentes en su tiempo de ocio”
Con una muestra de 1.140 sujetos, cuya edad media era de 18,75 años, y de los cuales 790 estudiaban en la universidad y 350 eran no universitarios, de Castilla la Mancha, la investigación aborda cuáles son las prácticas y rutinas habituales en relación a la participación en actividades físicas y deportivas, y la relación con el consumo de sustancias nocivas para la salud. Además, se ocupa de analizar si dichas rutinas se producen con mayor o menor frecuencia los días de diario o los fines de semana.
A fin de dicho objetivo, la muestra respondió al Cuestionario de Evaluación de los Hábitos relacionados con la Salud, conformado por 20 ítems organizados en cinco bloques: dedicación al tiempo libre, hábitos de prácticas de actividad física, de consumo de alcohol, de drogas y de tabaco. Con posterioridad, se seleccionaron siete expertos docentes e investigadores en el campo de estudio, que respondieron un cuestionario de validación tipo Likert, realizándose una comparativa del grado de acuerdo.Para ello, se aplicó un análisis descriptivo, con datos estadísticos globales y con una visión más específica segmentada en función de tres franjas de edad (17-19, 20-23 y 24-25 años), y del género.
Del análisis descriptivo destaca que un 73% de jóvenes no practica actividad física de forma habitual (siendo el 40% mujeres universitarias), siendo la dedicación de quienes sí practican inferior a cuatro horas por semana.
En relación a los hábitos de consumo de tabaco, alcohol y/o drogas, destaca que más de la mitad consume más de 10 cigarrillos diarios, y tiene dificultad para abstenerse en lugares prohibidos.
En base a datos como estos, los autores concluyen que existe una relación entre el bajo nivel de práctica de la actividad física y el consumo de sustancias nocivas para la salud.Ello incide en la necesidad de concienciar al alumnado durante la escolaridad obligatoria, con el propósito de reducir el consumo de estas sustancias favoreciendo la actividad física.
Por otro lado, se resalta la necesidad de desarrollar programas de actividades físico-deportivas en el ámbito escolar y universitario, para mantener la salud, promover la iniciación en este tipo de actividades, mejorar la vida de personas con algún tipo de limitación física y/o psíquica, y dirigirlos a personas mayores. Además,el texto promueve la evaluación de estos programas para comprobar su eficacia.
Los autores del texto señalan que se ha producido un ligero aumento en la práctica de actividad física en los últimos años, pero que todavía se está lejos de las recomendaciones internacionales, como la de la Organización Mundial de la Salud.
“Prácticas de ocio de los jóvenes vulnerables: implicaciones educativas”
El artículo aborda el ocio juvenil desde tres ámbitos, y desde la perspectiva de algunos riesgos asociados a parte del colectivo.
Los beneficios de las prácticas de ocio de jóvenes vulnerables. El apartado estudia la disponibilidad de tiempo ligado a la ilusión de poner en marcha una idea cuya finalidad sea obtener un aprovechamiento, a nivel físico, educativo, de adquisición de valores, social, o psicológico. Todo ello se analiza desde una perspectiva temporal y en términos de educación.
Los autores explican que el ocio resulta beneficioso para cualquier persona porque representa valores como la responsabilidad, la solidaridad, el trabajo en equipo, dinámicas de cooperación, y también supone dinámicas de competitividad, diversión, esparcimiento, satisfacción y fluidez emocional. Además, el ocio implica acciones para jóvenes. Todo ello adquiere especial relevancia respecto alas personas jóvenes expuestas a una situación de vulnerabilidad, que les impide tener un adecuado desarrollo personal. En la actualidad, hay muchos y muchas jóvenes europeos en situación de vulnerabilidad social o riesgo de caer en ella, y es por esta razón que se están configurando líneas estratégicas sobre intervención social y educativa de políticas en Europa.
Se exponen en este apartado los beneficios de dos dimensiones del ocio en jóvenes vulnerables. En cuanto al ocio deportivo, este genera un importante factor de inclusión social, produce bienestar emocional, integración social, cuida la salud, la socialización y contención afectiva. Mientras, el ocio digital (como los videojuegos), aporta beneficios psicológicos, sociales, y aumentan su capacidad de interacción física, de movimiento y reacción.
Los autores defienden aquí estudiar y caracterizar los tiempos de la juventud vulnerable como elemento clave, por ser una de sus principales fuentes de inclusión social. Luego, no es sólo valorar el tiempo libre per se, sino que tiene que estar vinculado a la realización de alguna actividad constructiva y enriquecedora que produzca beneficio, ocio valioso que implique mejorar la calidad de vida, en salud y bienestar social para este colectivo juvenil.
Las dimensiones y espacios de las prácticas de ocio de los y las jóvenes vulnerables. Aquí se apunta la convivencia entre las formas tradicionales y las más nuevas de ocio. En base a tres dimensiones:
Los espacios asociados al ocio físico-deportivo, que destacan sobre otras dimensiones;y depende de su grado de autonomía, del desarrollo de la actividad, y del poder adquisitivo de los y las jóvenes vulnerables. Igualmente, son espacios que pueden estar controlados por adultos o por los propios jóvenes.
El ocio familiar, de amistad y en pareja, que está gestionado por adultos en el propio hogar, se da en espacios comunes a otros colectivos, o bien en espacios propios. Esta dimensión, se agrega, está vinculada al ocio-fiesta,tiempo de gozo y alegría, libre consentimiento, y en un espacio de libertad; que se manifiesta en salidas nocturnas donde crean y consolidan vínculos afectivos de adscripción a un grupo.
En tercer lugar se enuncia la dimensión creativa, que hace desconectar de la realidad a las y los jóvenes vulnerables, para transformarse a partir de la curiosidad y los nuevos descubrimientos.
Otra característica del ocio, es aquella ligada a consumo y ocio global. Una estructura de corte más individualista, que pone en riesgo valores de los y las jóvenes vulnerables, evidenciando los límites a causa del bajo poder adquisitivo. Entre los espacios más relevantes de esta dimensión se dan los centros comerciales e internet junto a los medios sociales.
Alejado del consumo, se da la dimensión ambiental y ecológica con dos espacios clave: el urbano, como oportunidad de cultura que aglutina espacios tanto limitantes como integradores; y el espacio rural, que da lugar al ocio turístico.
La búsqueda de soluciones y alternativas socioeducativas de las prácticas de ocio de la juventud vulnerable. Se observa como aspecto fundamental para que los y las jóvenes puedan tomar decisiones sobre el uso de recursos y actuaciones dentro de una comunidad.
Plantear el ocio como acción estratégica implica, según los autores: incorporarlo como elemento de acción de entidades sociales; el apoyo de administraciones y sus organismos de carácter social y educativo, para provisión de recursos especializados; la existencia de un oferta de actividades amplia, diversificada, y pertinente a las necesidades de estos y estas jóvenes; el protagonismo de los y las jóvenes como principio rector; y, finalmente, trabajar el cambio de mentalidad respecto a los beneficios de la autogestión de actividades y espacios en los que evolucionan.
A modo de conclusiones, el artículo observa la tendencia a relacionar al colectivo de jóvenes vulnerables, de forma habitual, sólo con los riesgos asociados. Sin embargo, se comportan como sus pares, aunque parten de posiciones menos favorables en enseñanza formal, contexto familiar o acceso al mundo laboral.
También se hace hincapié en la falta de evidencias que exploren las prácticas de ocio de los y las jóvenes en situación de vulnerabilidad social. Es difícil encontrar programas de intervención socioeducativa al respecto. En consecuencia, se reclaman nuevos estudios, que profundicen en la realización de diferentes tipos de ocio que confirmen beneficios para jóvenes vulnerables, como nuevas políticas sociales que impulsen programas de ocio educativo dirigidas a la juventud en riesgo, favoreciendo la inclusión social.
Se añade la necesidad de poner en marcha iniciativas educativas que generen oportunidades de ocio, que impliquen la generación de escenarios de participación social para crear espacios comunes y difuminen la vulnerabilidad de determinados jóvenes.
Finalmente, se incide en que es fundamental formar inicial y continuamente a los y las profesionales de la educación que trabajan con este colectivo, en la utilización del tiempo de ocio, y en estrategias que les permitan dinamizar el ocio de la juventud vulnerable.
“El «efecto manada» en el consumo de ocio: dolcefarniente o cuando pasarlo bien se convierte en obligación”
El artículo trata de conocer en qué medida los y las jóvenes obedecen a la presión social o a la voluntad real, a la hora de pasar un rato de esparcimiento. Para ello se aplicó un cuestionario a una muestra de 686 jóvenes universitarios de cinco universidades con campus en Madrid (dos públicas y tres privadas) durante cuatro meses, en el curso 2017-2018.
El análisis descompone jerárquicamente los criterios o atributos que conforman el propósito de estudio, y analiza cómo estos influyen recíprocamente y sobre el todo. Se ofrece un enfoque teóricobasado en la economía del comportamiento, (popularizado a raíz del Premio Nobel de Economía a los profesores Vernon L. Smith y Daniel Kahneman en 2002, así como al profesor Richard H.Thaler en 2017). Este enfoque es un cruce de caminos de varias ciencias sociales: economía, psicología, sociología y marketing.
Los resultadosmuestran que las reacciones positivas crean un “efecto manada”, mientras que con las negativas ocurre lo contrario. Esta idea está en consonancia con el trabajo de Muchnik, Aral y Taylor (2013), en el que se dice que cada “me gusta” que se marca en el perfil de una red social de alguien “tiene el poder”de arrastrar a que otros hagan lo mismo. En el caso de la investigación que aquí se reseña, las opiniones favorables en beneficio del grupo buscaban la aceptación de “la tribu”, la constatación de que se forma parte de un grupo. Así, el texto constata que en una proporción muy alta, el consumo de ocio obedece a la presión que ejerce el “efecto manada”, y a la importancia que adquiere lo que piensa el grupo de amigos y amigas, y la presión social. En contraposición, la satisfacción resultante es marcadamente relativa.
Además, en la discusión se mencionan los cambios de los hábitos de consumo gracias a la economía digital, que también da paso a la economía colaborativa. No obstante, en España aún es imbatible el consumo de ocio rodeado de amigos y amigas; y ello, pese a la imposición de conceptos como el mercado y el individualismo. En este contexto, concluye el autor, está plenamente justificado el deseo de volver a la “tribu”, para “aceptar” y “ser aceptados”; que es lo que quizá pase, reflexionan, con blogueros, instagramers y youtubers, que tratan de agradar a sus seguidores (followers),aunque paguen con la frivolización de la sociedad. Berumen no tiene duda de que los individuos, aunque luchan por mantener su individualidad, aspiran a formar parte de un ente social. Y esto supone la búsqueda del término medio entre el coste del aislamiento y la pérdida de identidad que nacería de la plena integración social.
En síntesis, este tercer artículo defiende que el consumo de ocio en grupo se ha convertido en una actividad intensa, que demanda un compromiso continuo de demostración de que se es parte de un colectivo. Y también esuna tarea costosa, porque, según cada nivel socioeconómico, se demandan unos recursos u otros. Por consiguiente, se agrega, a pesar del deseo de una vida social intensa, los y las jóvenes se someten a las reglas del “coste de oportunidad”; es decir, si se pretende el dolce far niente (en italiano, se refiere al hecho de disfrutar de no hacer nada), siempre hay un límite en ello.