Novedad Bibliográfica
Sección dedicada a la reseña y el comentario crítico de novedades bibliográficas sobre juventud y adolescencia.

Mujeres jóvenes ante el empleo. Girls Get Equal Job
Tipo: Libro;
Publicación: 2018-10-18
Autor: Fundación PwC y Plan Internacional España
Lugar de publicación: Madrid
País: España
Idiomas: español
Entidad: Pricewaterhouse Coopers (PwC)
Etiquetas: mujeres, empleo, mercado laboral, familia, orientación profesional, inserción laboral, igualdad de género
Año: 2018
Fundación PwC y Plan Internacional España. Mujeres jóvenes ante el empleo. Girls Get Equal Job. 2018. Madrid: Fundación PricewaterhouseCoopers (PwC). 64 pp.
Esta investigación aborda la situación de vulnerabilidad de las niñas y jóvenes ante el empleo, focalizándose en la adquisición de las nuevas competencias y habilidades desde el nacimiento a la vida adulta.
Para el análisis se realizó un estudio de las competencias profesionales clave para los próximos cinco o diez años consideradas por distintos organismos, entidades y empresas a nivel nacional e internacional. A partir de las organizaciones, publicaciones, y la Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa, la publicación ha establecido un listado de competencias sociales y digitales.
En un contexto de transformación del mercado laboral y de digitalización de la economía,en el que desaparecerán determinados empleos y nacerán otros, las empresas evolucionan demandando personas formadas en carreras técnicas, con nuevas competencias profesionales, y otorgando importancia a competencias de carácter social y transversal como la capacidad de adaptación, el aprendizaje continuo y la innovación. Además se requerirá de profesionales relacionados con el desempeño social, la comunicación o el trabajo en equipo.
La reseña que aquí se presenta resume el informe, que se divide en tres secciones.
Análisis
El primer capítulo reflexiona sobre si las personas jóvenes de ambos sexos, entre 14 y 25 años, están adquiriendo en igual medida estas nuevas competencias, o si hay una diferencia de desarrollo que agrave la vulnerabilidad de las niñas y las jóvenes ante el mercado laboral del futuro.
La investigación analiza cuál es la situación del mercado de trabajo en España. Considerando que los y las jóvenes que actualmente están en tránsito al empleo representan la generación más formada de la historia, sin embargo acceden a empleos que son precarios y temporales, y tienen enormes dificultades de emancipación y altas tasas de desempleo.
En este contexto, el sistema educativo hace que hombres y mujeres elijan itinerarios muy diferenciados. Las chicas escogen en mayor medida profesiones relacionadas con los cuidados, mientras los varones se decantan por aquellos itinerarios más técnicos. De hecho, explica el análisis, hay tres veces más chicos estudiantes (respecto de las estudiantes) matriculados en estudios universitarios y formación profesional (FP) en la rama de las ingenierías y arquitectura. Esta situación predispone a un mercado laboral sesgado, a pesar de que se han producido avances significativos en la igualdad de género. Y es que las tasas de actividad y desempleo femenina, están a más de diez puntos de las tasas masculinas.
A pesar de que hay convergencia entre géneros en ciertos aspectos, aún persisten los problemas de incorporación de mujeres y jóvenes, relacionados con la evolución de salarios, la temporalidad de los empleos y la equidad en las tasas de actividad. Apunta aquí Mar Gallardo, de PwC España, que España necesita políticas laborales que regulen la capacidad de inclusión a jóvenes y mujeres capaces de adaptarse a la evolución tecnológica.
Las nuevas tendencias en avances demográficos, económicos, sociales y tecnológicos, provocarán rápidos cambios en el mercado laboral en menos de diez años. Así, el World Economic Forum prevé una pérdida de cinco millones de empleos netos en distintos sectores. Más concretamente, apunta el estudio, estos cambios darán lugar a la aparición de nuevos puestos de trabajo, profesiones vinculadas a tareas de gestión, negocios y finanzas, y en materia de tecnologías y ciencias. Se señala también que desaparecerán más de 400.000 puestos en las labores vinculadas a las oficinas y la administración, y descenderá la ocupación en producción manufacturera, construcción y extracción.
Algunas profesiones harán que diversos sectores tengan potencial de empleabilidad en los próximos años: las relacionadas con la información y la comunicación, audiovisuales, distribución, hostelería, energía y medio ambiente, y salud y bienestar.
Las empresas requerirán de nuevas competencias profesionales en los próximos años. Los factores que cambiarán las competencias requeridas son los cambios demográficos y socioeconómicos, y la aparición de la tecnología y la digitalización. Entonces, deduce el documento, las competencias digitales pasarán de ser un elemento diferencial a imponerse como algo básico. El mercado laboral, además, valorará las habilidades profesionales de carácter transversal, como aquellas vinculadas al aprendizaje continuo, la adaptación, la creatividad o la innovación; o aquellas competencias relacionadas con la gestión de emociones, comunicación, liderazgo o desempeño social.
La vulnerabilidad ante el empleo y la especial desigualdad laboral de las mujeres nacen de la crisis actual, que está provocando temporalidad, inestabilidad e incertidumbre del mercado laboral. En este sentido, se apunta que el informe “Perspectivas de Empleo 2017”, de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, sugiere políticas públicas que avancen en calidad de empleo y capacidad para incluir a las mujeres jóvenes, así como adaptación a los cambios tecnológicos.
Dada esta situación y tendencias, existe, deduce la publicación, “el riesgo de que se siga definiendo el mercado laboral en términos masculinos”. Los cambios demográficos hacia el envejecimiento poblacional harían que más mujeres estuvieran al cuidado de personas mayores. Esta circunstancia, junto a la brecha digital entre sexos, provocaría más desigualdad entre sexos. Por contraposición, en los próximos años las circunstancias van a demandar para todos los trabajadores y trabajadoras las denominadas competencias “blandas” de carácter social y transversal, asociadas tradicionalmente a las mujeres, que podrían ser un avance en la evolución del mercado laboral.
El capítulo dos se encarga de profundizar en la vulnerabilidad de niñas y jóvenes desde el enfoque de las competencias profesionales. Para ello se buscan las opiniones de empresas, de niñas y jóvenes, recabadas a través de dos encuestas sobre competencias clave en el mercado laboral, para detectar la posible existencia de sesgos de género. Los resultados se contrastan en un taller de expertos en selección y sectores de actividades estratégicas, y con una entrevista a la administración pública. Finalmente, se ha realizado un listado final de competencias profesionales transversales a evaluar, tanto de carácter social como digital.
Los principales resultados del análisis de las encuestas sobre las competencias en el mercado laboral señalan que las competencias transversales adquirirán relevancia en el futuro. Las empresas manifiestan la necesidad de atender a los continuos cambios del mercado, y más de un 60% coincide en la importancia de la “agilidad y capacidad de adaptación”, como de la “inteligencia y emocional y las habilidades comunicativas”. Sin embargo, existe una consideración baja en torno al “conocimiento de big data y la capacidad analítica”, y “la orientación al negocio”. Los autores entienden que no es que el ámbito digital no vaya a ser primordial, sino que podría estar produciéndose una matización en la importancia de reforzar las capacidades en gestión de transformación digital.
Por su lado, las niñas y jóvenes coinciden en destacar la competencia transversal de “agilidad y capacidad de adaptación” (58%), lo que otorga a esta habilidad, concluye el informe, la categoría de competencia más importante para el mercado laboral en los próximos años. Además añaden otras competencias no destacadas por los empleadores, como “la creatividad y el sentido de la iniciativa”, y “la organización de equipos e influencia positiva” (90%) o “la visión estratégica” (83%) son las competencias mejor valoradas por ellas. El tipo de competencias que el documento califica como “blandas”.
Otro resultado analiza qué papel juega cada entorno en el desarrollo de las competencias. A excepción de competencias técnicas, cuya adquisición se asigna a los centros educativos, el desarrollo de las competencias transversales se adquiere en el ámbito empresarial, familiar, y en los centros de educación, todos con una responsabilidad paralela sobre ello. Las niñas y las jóvenes entrevistadas dicen haber adquirido casi todas sus competencias y experiencia en el contexto educativo. El estudio destaca aquí que “ser digital” dicen haberlo aprendido en otros contextos (de modo autodidacta, en la familia…), idea que contrasta con lo opinado por las empresas, que otorgan el peso de ese aprendizaje a las primeras etapas del sistema educativo.
El último resultado manifiesta la percepción de desigualdad de género en la capacidad de desempeño en el empleo. Los datos observan que un tercio de las chicas entrevistadas, y el 19% de las empresas, creen que existen diferencias en estas capacidades laborales. Es significativo para el texto que las generaciones más jóvenes, en las que se presupone un avance, sigan pensando que hay distinciones “biológicas” que segregan el mercado laboral por género. Las niñas y jóvenes piensan que “se les dan mejor” aquellas capacidades relacionadas con la gestión de emociones, adaptación y escucha. Por su parte, los chicos tienden a verse mejor desenvueltos en competencias ligadas a la negociación, el emprendimiento, o las nuevas tecnologías. Por tanto, las capacidades están vinculadas a estereotipos de género tradicionales.
En consecuencia, la investigación propone aminorar la brecha existente entre hombres y mujeres a través de la capacitación de niñas y jóvenes desde el enfoque de competencias, introduciendo cambios en el sistema educativo, desde ciclos tempranos con formación más integral que incorpore habilidades sociales y digitales. Además, se apunta, sería práctico poner en marcha iniciativas empresariales y trabajar desde el entorno familiar, para que las mujeres accedan al mercado laboral en igualdad de condiciones que los hombres. En menor medida, el texto también plantea crear políticas públicas en cuestión de género.
A partir de los resultados de los talleres de trabajo y las entrevistas realizadas en el transcurso de este proyecto, así como del resto de los análisis, en el capítulo tres se confecciona una propuesta de recomendaciones de actuación para mejorar la inserción laboral de niñas y jóvenes desde el enfoque de las competencias. Dichas sugerencias de actuación se presentan y abordan desde las siguientes dimensiones:
. La transición hacia la “Sociedad de Competencias”, que valora las habilidades transversales, reorientando los currículos educativos para adaptarlos a esta transición, estableciendo mecanismos de seguimiento que detallen la situación de las chicas y que sirva de referencia para la elaboración de políticas públicas transversales de género, y la inclusión del desarrollo de competencias interpersonales en la Formación Permanente del Profesorado.
. La formación técnica y digital,a través de la continuación del trabajo en el incremento de la presencia de niñas y jóvenes en las disciplinas técnicas propias del ámbito STEM (que se refiere a las siglas en inglés de Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas), de la revisión en profundidad la Formación Profesional, generando nuevos perfiles profesionales con más peso participativo de colectivos vulnerables, y subrepresentado, al igual que se utilizará la inclusión del desarrollo de competencias digitales innovadoras en el currículo profesional.
. La orientación profesional. En este aspecto se ofrece desarrollar un modelo de orientación profesional libre de sesgos de género, que incorpore el trabajo en competencias transversales acompañado de formación docente; establecer una comunicación y reporte continuo con las familias para revisar su potencial de competencias “blandas” y digitales, a fin de elaborar los itinerarios laborales individuales; y reforzar el vínculo entre el sistema educativo y el laboral con breves prácticas.
. La eliminación de estereotipos mediante el refuerzo en los contenidos educativos, con la presencia de referentes mujeres y mensajes específicos de igualdad. También se diluyen los estereotipos con la incorporación de referentes mujeres en la empresa, esforzándose las compañías en territorios como el de la selección de personal, en los procesos de promoción, y en la visibilidad interna del talento femenino. De igual manera, advierte la publicación que será necesario consolidar mensajes en pro de la igualdad, eliminado actitudes discriminatorias; y ejecutando acciones específicas en las que se considera cuáles son los intereses de la gente joven a través de la observación de los medios y canales de comunicación, para adaptar los mensajes y su difusión, como por ejemplo la que logran los denominados influencers.
. Por último, se plantea la faceta de trabajar desde las familias, insistiendo en la educación (también en la formación en competencias) y en los mensajes (verbales y no verbales) que transmiten a sus hijas para que sean conscientes de las dificultades con las que parten. De tal modo, se propone educar en la igualdad, así como en la formación tecnológica indistintamente del género.